Yo tengo la duda de si (¿y esperanza de que?) los hijos de padres que ya tuvieron Failbook, Instadown o incluso Tik-TOC reciban de sus progenitores ciertos consejos clave sobre el uso de estas plataformas. Pero no me jugaría la vida y no creo que me jugara ni 100 lerus a que haya mejoras en este tema.
Qué suerte tenemos los nacidos cerca del 80: sabemos lo que era vivir sin tecnología, comprendemos el mundo anterior, y (al vivir la rápida evolución tecnológica de los 80 y 90) podemos "controlar" en las redes sociales (aunque siempre se ven los típicos cuarentones enseñando fotos de sus hijos a cientos de extraños con su nombre y apellido reales, algo de una perspicacia a la altura de un movimiento de Spock en ajedrez 3D).
Nuestro principal problema como especie es no entender que somos animales encerrados en un entorno que no es natural para nosotros, lo cual nos convierte en presa fácil para cualquier producto que quiera captar nuestra atención, manipulándonos a través de nuestros instintos.
Todas las obsesiones funcionan igual: segregamos una hormona adictiva cuando descubrimos algo nuevo. Seguramente es un rasgo evolutivo que nos venía bien cuando teníamos que descubrir nuevas zonas para cazar o vivir. Muchos juegos utilizan con éxito este instinto para generarnos diversión, nos obligan a descubrir zonas o usos de objetos nuevos. El problema es que son demasiadas las cosas que nos tienen pillados por los huevos, administrándonos "cosas nuevas" cada cierto tiempo y estimulando esta hormona adictiva.
El 99% de la población no es consciente de este detalle y las consecuencias, ahora que hay un par de hilos del Resident Evil, son una población mundial de zombis. DEP Dolores O'Riordan.