Mierda, suspendido ¬¬ Una pequeña crónica de mi examen, espesito en sucesos:
Voy a empezar el examen. Giro la llave, hago contacto. El examinador me dice que el parabrisas trasero está en marcha, que lo apague. Los parabrisas.. fue algo que el profesor me enseñó a manejar en el primer día de clase y que, desde entonces, no hemos vuelto a utilizar ni mencionar. Ergo, no recordaba cómo se manejaba el parabrisas trasero. Jugueteo con el mando a medida que acumulo nervios por la primera cagada.
Apago el parabrisas. Me voy a incorporar a la vía, que por fortuna (o por desgracia) estaba TOTALMENTE COLAPSADA de coches, así que solo tenía que esperar a que alguien me cediera el paso. Señalizo, giro, me incorporo, corrijo la dirección, sin siquiera acelerar voy a frenar. Y entonces el pitorro que suena cuando el profesor usa sus mandos (=SUSPENDIDO) empieza a pitar como un hijo de puta. El profesor dice que los circuitos han hecho un mal contacto, toca dos cositas y el pitido para. Más nervios acumulados al oir un pitido que no podía oir BAJO NINGUNA CIRCUNSTANCIA si quería aprobar el examen.
Giro, giro, cambio de marchas, semaforo. El examinador me pide que haga un cambio de sentido. Entiendo que pide que use la rotonda que tengo a unos metros para hacerlo. Giro y me pongo detrás de un coche que estaba parado dentro de la rotonda, y cuando estoy casi parado, reanuda la marcha.. y yo INTENTO SALIR EN SEGUNDA. Coche calado. Me quedo pilladísimo y tardo en reaccionar, ya no para quitar la marcha y volver a arrancar, sino para PISAR EL FRENO PARA EVITAR QUE EL COCHE SE FUERA HACIA ATRAS, porque era una pequeña cuesta.
Solo han sido unos centímetros, pero aquí ya he suspendido.
Sigo la marcha. El examinador me pide que haga un cambio de dirección usando una rotonda. Como estaba en el carril central, me meto a la rotonda por el carril central, para cambiar al de la izquierda casi al llegar al semáforo que partía la rotonda, que estaba en rojo. Señalizo, voy a cambiar, y una furgoneta que tenía detras lamiéndome el puto culo pega un acelerón y se mete al carril por sus putos cojones. No me la comí porque la pude ver, pero casi.
A partir de ahí solo me he comido (dicen) un peatón que quería cruzar (dicen) un paso de cebra, pero para entonces ya estaba desesperado. Me la pela.
Para la próxima.