CaronteGF escribió:El testimonio de una mujer es suficiente para enervar la presunción de inocencia de un acusado (hombre). No hay más. La moralidad de esto lo podemos debatir. La realidad de esto está fuera de duda (que era de lo que se hablaba).
Exacto, pero solo un matiz, en linea con lo que comentó antes
@DNKROZ: Que se pueda acusar y condenar solo con el testimonio de la víctima (mujer) como única prueba de cargo no es el verdadero problema. Incluso creo que no habría nada malo ni inmoralidad alguna que debatir en ello.
El problema, mas bien, radica es que condenar en base al testimonio de la víctima como única prueba de cargo es, como dice el TS, una “situación límite de riesgo para el derecho constitucional de presunción de inocencia”,y por ello, se debe exigir a los jueces y juezas que sean todo lo rigurosos y garantistas que la Jurisprudencia les exige cuando dicten una sentencia condenatoria en base a ello, en lugar de limitarse a invertir la carga de la prueba a la ligera llegando a suprimir la presuncion de inocencia del acusado o el principio de
In dubio pro reo.
Y el problema es que a eso no ayudan mensajes supuestamente feministas que son pura demagogia, como el conocido “hermana yo sí te creo” o como éste otro, donde se exige que únicamente prime y se tenga en cuenta la voluntad de quien denuncia (si es mujer) para acusar y condenar:
Y a lo que no ayuda tampoco que el actual ministerio de igualdad, buscando socavar la independencia de jueces y juezas, promueva declaraciones y actos contra ellos para que así ”pasen por el aro” y se sometan a sus consignas ideológicas, como estos:
Porque si dicha deriva demagógica no se modera ni se corrige, y sigue empleándose para obtener réditos políticos, seran cada vez más habituales situaciones en la que a un acusado en falso (varón), sea por violencia de género o por agresión sexual, no le quede más esperanza de que se haga justicia, que tener o no la suerte de que su denunciante (mujer) se arrepienta y se retracte, o que algún dia puedan “pillarla” de alguna forma reconociendo su mentira.
Y que, tras ser acusado en falso, el ser declarado inocente de algo tan grave dependa de la pura suerte o “chiripa”, sea lo que algunos pretendan vender como ejemplo de que “la justicia funciona”, ya roza incluso la desfachatez, sinceramente