Segundo hilo que abro contando mi vida, jamás pensé que haría algo así. Claro que tampoco pensé que fuese a encontrarme como me encuentro ahora.
Necesito desahogarme un poco ahora que me encuentro mejor y quiero explicarle a las personas que me conocen de por aquí qué es lo que finalmente me pasa.
El caso es que en cosa de una semana mi estado anímico ha ido bajando en picado hasta tocar fondo. Según la gente que me rodea, ya me notaban así desde mucho antes, pero no es hasta ese momento cuando me he puesto realmente mal. Hasta entonces tuve alguna racha mala debido a ciertas cosas externas que ya se arreglaron y que no deberían tener más importancia, pero que por algún motivo, mi cabeza empezó a darle vueltas y más vueltas hasta llegar un punto en que iba a volverme loca.
Para los que quieran la versión resumida, ahora, tras la visita al psiquiatra, me han diagnosticado reacción vivencial patológica y humor depresivo (
http://www.biopsicologia.net/fichas/page_4007.html ). Supongo que será algo leve dentro de lo que podría pasarme, pero en ese caso, no quiero ni imaginar lo que sufrirá una persona con un grado grave de esto.
Para los que quieran más detalles...
De pronto un día te levantas por la mañana sin saber qué te ocurre, solo puedes llorar y llorar. Estuve uno o dos días así hasta que llamé a mi novio, que no se encontraba en ese momento en mi ciudad. La tarde en la que vino me encontré más o menos bien, intentando desterrar de mi mente las ideas obsesivas y disfrutando del momento. Pero cuando llegó la noche empecé a sentir mal, cada vez peor. Mi novio me acostó y se quedó a mi lado hasta que me dormí.
A la mañana siguiente me levanté algo mejor, pero de pronto otra vez empecé a llorar desconsoladamente, sin saber lo que pasaba. Tenía ganas de gritar, de romper cuanto había a mi alrededor, me tiré al suelo y mi novio tuvo que agarrarme e inmovilizarme para que me calmase. Fue horrible.
El caso es que me encontraba fatal, no tenía ganas de nada. En medio de ese momento de... lo que sea... hasta llegué a decirle a mi novio que quería dejarlo. ¡Yo, diciendo eso! A la persona con la que llevo más de ocho años y que más feliz me ha hecho nunca. Pero me empecé a obsesionar con la idea de que si me sentía tan mal estando así a su lado, es que ya no le quería. Empecé a guardar mis cosas, y mientras lo hacía no podía parar de llorar al recordar todos nuestros momentos juntos y pensar que ya no se iban a repetir. Mi novio me agarró y me dijo que me pasaba algo, que si yo de veras pensase así no reaccionaría como estaba reaccionando, pero yo en ese momento no tenía ilusión por nada, solo quería volver a casa. Una vez allí, después de intentar convencerme de que eso era lo mejor, me di cuenta de que no lo era y lo llamé de nuevo desesperada (esto entra dentro de lo que mi psiquiatra ha calificado como pensamientos contradictorios, es algo que se me debería pasar cuando supere todo esto).
Él vino, pero justo en ese momento empecé a sentirme fatal. Empecé a llorar y llorar sin parar, sintiendo que en ese momento lo único que quería era estar muerta (¡yo! ¡la persona más optimista y feliz del mundo pensando eso!). Los asusté muchísimo y me llevaron a urgencias, donde en mitad de la sala de espera tuvo que venir un médico a por mí porque no podía para de llorar y estaba hiperventilando, mareándome y sin poder tenerme en pie. Tenía un ataque de ansiedad.
Tras calmarme un poco me llevaron a la consulta, donde me hicieron tomarme un ¿tranxilium podía ser?. Me tuvieron un rato tumbada hasta que me empecé a encontrar mejor.
Al cabo de una media hora me dejaron volver a casa. Seguía algo triste pero estaba calmada y alegre dentro de lo que acabe, felizmente agarrada a mi novio mientras regresábamos a casa. Comimos (llevaba unos 4 días en los que o bien no podía comer o lo acababa vomitando).
Al cabo de un par de horas me sentía triste, y me mandaron a acostarme. Me levanté un par de horas después con el ánimo por los suelos. Intenté levantarme, pero nuevamente estaba con un ataque de ansiedad y solo podía gritar y llorar sin ser capaz de incorporarme del suelo. Hablaron con mi psiquiatra para que me atendiesen en ese mismo momento, porque además me di cuenta de que en ese momento me daba realmente igual estar viva que muera, incluso prefería esto último. Es una sensación imposible de entender si no se pasa, jamás pensé que yo pudiera terminar así, nunca.
El caso es que me acercaron, todavía en ese estado, hasta la consulta. Allí me diagnosticaron lo que ya he dicho (reacción vivencial patológica y humor depresivo). Ahora tengo que tomar Alprazolam tres veces al día y Prozac cada mañana. No me gusta esto de medicarme, pero tras ver los casos de mejoría que he visto en mi familia, espero poder estar yo así de bien.
No sé por qué estoy escribiendo esto. Ahora con el alprazolam me paso el día durmiendo, pero hasta que no me haga efecto el prozac de aquí a 3-4 semanas, la angustia y las pocas ganas de nada siguen dentro de mí. Lo que más pánico me da es ver que a mi mente han acudido ideas suicidas. No quiero hacerlo, pero me aterra ver que vienen a mi mente, y no solo como ideas, sino que sería capaz de hacerlo. Es por eso que el psiquiatra ha dicho que me vigilen, ahora mismo estoy sola, y aunque me encuentro mejor gracias al alprazolam, prefiero estar ocupada escribiendo esto que teniendo vete a saber qué ideas.
No sé si busco consejos, porque esto visto desde fuera es imposible de entender. Yo misma no me lo creería si me lo llegan a decir unos días antes. Ha sido como si todo esto estallase y yo no fuese yo. Es lo más horrible que me ha pasado nunca. Uno no puede entenderlo desde fuera, sencillamente es imposible. Yo me he pasado toda la vida ayudando a gente que se encuentra mal, se me da bien psicoanalizar a la gente y se me da bastante bien hacer lo mismo con mi propia persona. Siempre me decía que si alguna vez me pasaba algo así, tenía que ser fuerte, ponerme música que me animase, intentar mantener la mente ocupada para no pensar, jugar a algo, leer libros, salir con amigos aunque no me sintiese con ánimos para ello... pero eso lo ves así en los momentos en los que te encuentras algo mejor (como estoy yo ahora) pero cuando estás en plena crisis es que te da igual entretenerte o no, porque ni siquiera te importa estar con vida o no. Si estoy de mejor ánimo igual puedo pasarme dos horas ante la página de un libro sin ser capaz de leer nada, o quedarme con el mando de la consola en la mano sin mover al personaje. Quedar con la gente... donde estoy ahora mismo no tengo apenas gente (estoy en casa de mis padres, no en la mía propia) y soy incapaz de salir a la calle y que me dé otro ataque de esos. Si mi ánimo es peor, no me levanto de la cama, no hablo y me quedo así horas y horas.
Lo que más me fastidia es no ser capaz de ver a mi novio. Me gusta estar con él, pero cuando estoy mal y me dice que me quiere, soy incapaz de responderle que yo también. No porque quiera a otra persona, no porque no me sienta bien. Simplemente ni siquiera disfruto de estar viva, todo me da igual, no puedo sentirme feliz por estar con alguien cuando no soy feliz con nada y me daría igual dormirme y no despertarme más. Le he pedido un tiempo por eso. Seguimos juntos (no soporto la idea de pensar que no voy a volver a estar con él como antes) pero aprovechando que ahora mismo no vive en mi ciudad, le he dicho que espere a que me recupere y tenga de nuevo alegría por vivir y por tanto por disfrutar de la gente. Afortunadamente me ha entendido, mis condiciones actuales no me permiten mirar por nadie más que no sea yo.
Respecto a las ideas suicidas... que nadie venga a decirme que es de cobardes, que hay muchas cosas que merecen la pena en la vida y todo eso que yo misma he dicho cuando estaba bien. Cuando uno esta mal es incapaz de ver todo eso, algo no funciona bien en la mente de un enfermo y no sirve de nada la lógica. Yo simplemente llamo a alguien y le pido ayuda si veo que estoy en un estado que pueda llevarme a imaginar siquiera algo así. Lo bueno es que ahora esta medicación auqnue no me quite la tristeza ni la desgana por todo, me evita entrar en una crisis y tener más ideas autodestructivas.
En fin, solo me queda decirme que estoy va a pasar, que en nada la medicación me hará efecto y volveré a ser feliz como antes. Tengo que aprovechar momentos como los de ahora en los que estoy bien y decirme que voy a salir adelante. Tengo que hacerlo.
Es duro, es muy duro. Es lo más duro que me ha pasado nunca, es horrible como puedes pasar de ser una de las personas más felices del mundo a tener todo esto encima y no tener ánimos ni para levantarme de la cama. Me preguntan qué me apetece hacer... y es que no me apetece hacer nada. Ahora me estoy obligando a contar todo esto para despejar mi mente y luchar contra todo esto. Lo malo son los episodios peores en los que simplemente te da igual luchar. Es que no puedes esforzarte por mucho que quieras. No sirve pensar que hay gente peor que tú, no sirve pensar que hay gente que te necesita. Porque te da igual el resto del mundo, te da igual tu misma vida.
Es terrible, no quiero ni imaginar como serán los casos peores que los míos.
Solo espero que si alguna vez alguien os cuenta un caso así (diagnosticado) no le resteis importancia, nadie que no haya pasado por eso puede comprender lo durísimo que es.
Para finalizar, decir que espero tener fuerzas para ir pasándome por aquí, no quiero volver a pasar otro día sin levantarme de la cama. Quiero luchar, aunque a veces sienta que no merece la pena hacerlo. Tengo que recuperar mi vida, tengo que alejar los pensamientos que me hacen daño y obligarme a salir adelante.
Gracias por escucharme.