Un día un grupo de antidisturbios va a quedarse con Poker Face cuando vean que la gente a su llegada sale corriendo, pero no hacia el lado contrario, sino hacia ellos.
Los putos niñatos que están dejando entrar en el cuerpo se están haciendo mayores, enturbiando la imagen del cuerpo y pagarán justos por pecadores, pero es lo que hay.
Esta situación, la de España, la de la Policía, la de la clase política, está llegando al límite. Llegará el día en el que la policía tenga que elegir si los defiende a ellos (políticos) o se pone de nuestro lado.
Pase lo que pase, seguirán siendo minoría, cada vez hay más y más gente cabreada y, lo más peligroso, gente sin nada que perder, gente que, sin piso ni trabajo, le da igual recibir 1 o 20 pelotazos si puede trincar a alguno de ellos... Y ahora imagináos que se juntan varios cientos de miles con estas mismas características...