Nunca hubiera imaginado que un día llegaría a vivir una situación que se asemeja mucho al del 23-F aunque más grave en mi opinión que obligara al Rey a dar un discurso de esta índole. Desde un punto de vista histórico este es el momento más triste en los 40 años de democracia. No hay derecho lo que están haciendo los nacionalistas catalanes, es inadmisible. Y lo más triste es la reacción de muchos tirándose los trastos unos a otros en vez de unirse en defender el objetivo común que es el marco de convivencia que nos dimos todos para sacar un país del atraso más absoluto a homologarlo con el resto de grandes países europeos.