Orden, soborno, viene a ser lo mismo. Te lo pido yo, no hay mayor soborno que ese. Quizás tres caramelos de menta caducados, pero no tengo a mano. Así que insisto. Apúntate.
Y a los que os dije antes también, eh ¬¬
Que si no, luego lamentaréis no poder hacer mis maravillosos test en los que os pediré opinión sobre la ideología política de un geranio o sobre qué harías si una sandía mafiosa se presentase en tu casa con toda su familia.