Que razon tienen algunos.
En el restaurante, la ópera, el vestíbulo del Clínico, el autobús, la gasolinera, la calle y por teléfono, me abordan desencantados espanyolistas, con la misma pregunta: I ara què farem? La respuesta, la de siempre, apoyar al equipo... Sí, y ¿qué más? Pues lo del año pasado, recurrir al socorrido esperar una victoria para tirar adelante. Claro que lo malo de la victoria es que hay que saber conseguirla, que no viene sola. Bien, ya hemos ganado al Celta europeo, ¿se acabó el problema? ¿O el problema viene de largo y va más allá? Desde que se ganó la Copa del Rey, –el 27 de junio de 2000– todo lo bien hecho en lo social y recuperación de patrimonio, ha sido incompetencia en lo deportivo. Paso a paso se ha ido descapitalizando al equipo de jugadores que la tocan, sin acertar a sustituirlos. Tanto que a ver qué fubtolista de la plantilla podríamos hoy traspasar como se hizo con Sergio (Deportivo), un traspaso lógico, que fue la excepción, lo habitual, dejar que se fueran desde Cavallero (Celta) hasta Roger (Villarreal) y De la Peña, por cuatro duros o por nada, sin sustituirlos. O sea, el revolver en la sien y jugar a la ruleta rusa.
Desde la Copa del Rey, ¿hemos acortado distancias con nuestro rival ciudadano, que no se ha comido un rosco? No, hemos confundido la economía con el suicidio. Hay que mirar más allá de los puntos y los goles que nos ahogan –por cierto el Espanyol ha marcado dos más que los Ronaldinho-boys, pero ha recibido más del doble–. Es decir, los pocos peloteros que nos quedan en la plantilla espanyolista, tienen al enemigo en la espalda, donde iba a estar nuestra mejor arma. El problema no es el equipo o el técnico, sino el procedimiento paupérrimo que se viene siguiendo para escogerlos, la falta de un proyecto deportivo coherente a seguir, con un responsable al frente –por cierto, ¿quién responde ahora de este caos?– que conozca el fútbol y sepa nadar por el mar de tiburones de los intermediarios, etc. Entre tanto, la pregunta es: ¿habrá nueva ruleta rusa en el mercado de invierno?
Amen.
Saludos