Finalmente Sony ha presentado PS5 Pro y no se ha reservado nada. En el mismo evento hemos conocido las bondades de la consola, visto comparativas de juegos
first-party con el modelo actual y conocido tanto su fecha de lanzamiento como precio: estará disponible el 7 de noviembre por 799 euros. El precio es sin lector de discos, el mismo que los interesados pueden adquirir por separado a cambio de 119 euros, pero con un SSD de 2 TB. Las reservas se abrirán el 26 de septiembre. También hemos descubierto el diseño de la consola, que como nos
avanzó el boceto es idéntico al actual con la novedad de unas líneas negras en los laterales.
A nivel técnico, PS5 Pro se asienta sobre tres pilares: una GPU mejorada, trazado de rayos avanzado y un escalado impulsado por la IA. Este "big three" como los ha bautizado el arquitecto Mark Cerny, serán los responsables de que la nueva consola ejecute los juegos con una mayor fidelidad visual y fluidez hasta alcanzar los 60 FPS. Durante la presentación de PS5 Pro, Cerny ha comentado que uno de los objetivos del nuevo modelo es que los jugadores no tengan que elegir entre el modo rendimiento o fidelidad como pasa ahora con PS5, sino que el juego se muestre con las ventajas de ambas opciones sin tener que hacer ningún sacrificio.
La GPU de PS5 Pro tiene un 67 % más de unidades de cómputo que la PS5 actual y su memoria es un 28 % más rápida. Sony sostiene que, "en general", estas mejoras habilitan una renderización hasta un 45 % más rápida en los juegos, lo que permite ofrecer una experiencia más fluida. Aún no tenemos detalles oficiales sobre la potencia de PS5 Pro, pero los rumores que hasta ahora han demostrado estar en lo cierto hablan de 33,5 teraflops, el triple que PS5. Respecto a la memoria, la mejora se debe a que su velocidad sube hasta los 578 GB/s.
Gran parte de las mejoras que ofrecerán los juegos que aprovechen el hardware de PS5 Pro dependerá de PlayStation Spectral Super Resolution, que es el nombre que se esconde detrás del escalado impulsado por la IA. Esta herramienta usa tecnología basada en el aprendizaje automático para ofrecer una imagen más nítida añadiendo detalles. La idea no es nueva y consiste en renderizar los juegos a una resolución baja y mostrarlos en pantalla a una resolución más alta. Este proceso permite ahorrar recursos, pero obliga a rellenar huecos y ahí es donde entra la IA, que añade tantos detalles como hagan falta para que la imagen sea nítida.
La trinidad se completa con el trazado de rayos avanzado, que consiste en proporcionar una reflexión y refracción de la luz más dinámicas.