La recuperación económica de AMD se entiende mejor si se comparan las cifras de hoy con las registradas durante el mismo periodo del año pasado. Como referencia, durante el tercer trimestre de 2016 AMD registró unas pérdidas de 406 millones de dólares sobre unos ingresos de 1.307 millones de dólares. Su margen bruto era entonces del 5%.
Tanto los nuevos procesadores Ryzen como las nuevas tarjetas gráficas Vega han aportado su granito de arena. Y algo más. Los ingresos correspondientes a Computing and Graphics han crecido un 74% y alcanzan ya los 819 millones de dólares. Hace un año el monto bruto era de 472 millones.
Según AMD, Ryzen está teniendo un buen rendimiento como propuesta para equipos de sobremesa, mientras que Vega disfruta de ventas robustas entre jugadores y "mercados blockchain". De acuerdo con un analista citado por VentureBeat, la demanda de tarjetas gráficas ha estado capitaneada por los mineros de criptomonedas.
Por otro lado, la venta de procesadores y GPU para empresas y videoconsolas se mantiene estable, con unos ingresos de 824 millones. La variación interanual es aquí básicamente inexistente.
A pesar de que estas cifras son ciertamente positivas, la bolsa ha reaccionado de forma bastante negativa a los pronósticos de la compañía. El valor de las acciones llegó a perder un 11% tras comunicar el último ejercicio, debido principalmente al anuncio de que AMD espera registrar un menor volumen de ingresos durante el cuarto trimestre. De acuerdo con Lisa Su, máxima responsable de la compañía, los últimos tres meses del año son relativamente débiles para la división de productos personalizados (como el hardware para consolas), pero también espera que el mercado de las criptomonedas se sosiegue con la estabilización de Ethereum.