El concepto de Totem era sensiblemente distinto al de visores basados en las especificaciones Windows Mixed Reality en cuanto a que no estaban diseñados solo para mostrar objetos interactivos generados por ordenador sobre un escenario real, sino que prometía realizar la transición entre realidad aumentada y realidad virtual de forma natural. Además, el uso de paneles OLED (y algún tipo de software propio) hacía posible mostrar objetos opacos con un negro profundo y realista.
Totem, que tiene sus raíces en un proyecto de Kickstarter de 2014 cancelado tras un arranque infructuoso, se posicionó como una posible alternativa a Oculus antes de desaparecer de la escena. Desde entonces sus responsables han estado trabajando en una tecnología que al menos sobre el papel parece atractiva, con un FOV de 120 grados, capacidad de seguimiento inside out (evitando por tanto balizas o sensores externos para delimitar el área de interacción) y cámaras infrarrojas para detectar los movimientos de las manos.
De acuerdo con TechCrunch, varios empleados de VRvana se han sumado a la plantilla de Apple en California. El sitio oficial de la startup sigue activo, pero sus cuentas en las redes sociales permanecen en silencio desde el mes de agosto.
A comienzos de noviembre la agencia de noticias Bloomberg señalaba que Apple podría lanzar su visor de realidad aumentada en 2020. El propósito de la compañía sería lanzar al mercado un dispositivo ligero y cómodo de llevar, capaz de reproducir vídeo sin una penalización excesiva en términos de batería y lógicamente mucho más avanzado que conatos pioneros pero errados como Google Glass. La compra de compañías como VRvana muestran el obvio interés de la firma californiana en este tipo de tecnologías, que como ha afirmado el propio Tim Cook poseen un inmenso potencial que aún debe ser explotado.