Ahora BREIN presume de que esta sentencia ha resultado en el cese de actividad de aproximadamente 200 tiendas o vendedores.
Principalmente equipados con versiones de Kodi modificadas con plugins específicos para reproducir desde emisiones de deporte en directo a series y películas disponibles en servicios de pago, estos dispositivos también conocidos como cajas "cargadas" o fully loaded han gozado de una explosiva popularidad en Europa. La ilegalidad en sí misma no reside en Kodi, que es un software totalmente lícito, sino en unos complementos que vulneran la ley al incurrir en lo que se conoce como "comunicación al público".
De acuerdo con BREIN, que ha llevado su política de derechos de autor al marco europeo, 150 de los 200 vendedores que han abandonado la venta de dispositivos lo hicieron tras recibir una nota informándoles de su situación. Pero estos avisos pueden llegar próximamente a su fin. El máximo responsable de la organización señala que ha llegado a un punto en el que se asumirá que los vendedores están infringiendo la ley de forma deliberada, por lo que no habrá advertencias y serán llevados directamente a los tribunales.
La jurisprudencia pone en una situación delicada a los vendedores de cajas Kodi "cargadas", que tienen casi todas las de perder. BREIN señala que las tiendas que acepten un acuerdo amistoso deberán pagar hasta 10.000 euros, pero si siguen vendiendo dispositivos podrían enfrentarse a una cantidad muy superior.
Mientras tanto, el equipo de desarrolladores de Kodi sigue tratando de distanciarse de este tipo de aparatos y de los plugins en cuestión. La relación entre Kodi y las polémicas "cajas cargadas" es tal que desde el sitio oficial señalan que los responsables de los servicios en cuestión "son criminales que se benefician de la piratería", al tiempo que aseguran que no perderán el sueño si la base de usuarios de Kodi se desploma debido a la persecución de las "cajas cargadas".
Como bien señalan desde TorrentFreak, la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea deja las cosas muy negras para los vendedores de estos populares dispositivos. BREIN y las asociaciones de derechos de autor parecen haber ganado esta batalla, pero nadie asegura que mañana no aparezcan nuevos aparatos y formas de acceso a contenidos multimedia que requieran la intervención de la justicia para determinar su legalidad. Más que con un punto final, esta historia acaba en una coma.