De acuerdo con estas informaciones, HTC no ha tomado ninguna decisión al respecto y existe la posibilidad de que finalmente la compañía se limite a seguir capeando el temporal.
Antiguamente uno de los fabricantes emergentes de mayor éxito, HTC logró hacerse un hueco muy importante comercializando algunos de los primeros dispositivos basados en Windows Mobile allá por la época de los PDA. Posteriormente fue una de las firmas más rápidas a la hora de apoyar el lanzamiento de Android. El explosivo crecimiento del sistema operativo de Google impulsó sus resultados y logró convertirla brevemente en una de las firmas destacadas de la industria telefónica, pero poco después llegarían los problemas.
Una política de producto desacertada y una competencia sin piedad bajaron a HTC de la nube de forma entre rápida y violenta. La valoración de mercado de la compañía se ha desplomado un 75% en los últimos cinco años y sus dispositivos representan el 2% de las ventas globales, llevándole a dar pasos como el cierre de sus oficinas en España. Apple y Samsung la han expulsado de la gama alta, mientras que los fabricantes chinos se lo están poniendo muy difícil en los escalones intermedios.
No hace mucho HTC declaró que sus inversiones en el mercado de la realidad virtual eran críticas para garantizar la supervivencia de la empresa a largo plazo, llegando incluso a vender una de su fábricas para financiar el desarrollo de los visores Vive. Se trata de un segmento menos competido y en el que próximamente espera aumentar sus ventas de la mano de un visor autónomo más asequible.