Los detalles de la especificación son bastante escuetos por ahora, pero la nota de prensa propone un protocolo estándar para autenticar cargadores, servicios, claves y fuentes de alimentación a través del bus de datos USB o los canales de comunicación del USB Power Delivery, utilizando cifrado de 128 bits y "referencias" ya existentes en métodos criptográficos aceptados internacionalmente para asegurar la integridad del proceso.
Por lo que se puede desprender del escueto comunicado, la idea es que ordenadores, teléfonos y otros aparatos sean capaces de reconocer mediante una firma digital cuándo y a qué dispositivos externos se conectan. De esta forma, un móvil podrá distinguir correctamente un cargador oficial de uno que no lo es (que no necesariamente falso), evitando algunos de los problemas que se han encontrado durante la difusión del conector USB-C.
De igual forma, un ordenador podrá ser capaz de reconocer pendrives y discos duros externos de marcas y modelos concretos y establecer una conexión o no, evitando así la propagación de malware mediante firmwares hackeados.
La idea parece interesante sobre el papel, pero habrá que ver cómo se implementa. De entrada es una tecnología opcional y que a priori podría tener una mejor acogida entre los administradores de sistemas que entre el público general, que por una cuestión de simple comodidad posiblemente no querrá (o podrá) realizar un filtrado granular de las opciones de autenticación y dejará activada la conexión de cualquier dispositivo externo en general (o las dejará tal o como vengan configuradas de fábrica).