El control, en esencia una especie de afuste que se sitúa sobre las bandas de sujeción del visor Vive, avanza según Neurable un futuro en el que la interpretación de órdenes mentales complementará a los actuales mandos físicos o incluso podrá sustituirlos.
Según sus creadores, uno de los beneficios más evidentes de este sistema es que la curva de aprendizaje se reduce de forma importante, puesto que la tecnología utilizada es capaz de interpretar directamente las órdenes del usuario. De esta forma se evita que el portador deba familiarizarse con cualquier tipo de mando y sus correspondientes posibilidades de interacción.
Sus posibilidades fueron demostradas durante la Siggraph utilizando un juego desarrollado por la madrileña Estudio Future llamado Awakening que puede ser controlado en su totalidad con la mente.
El argumento de Awakening es bastante simple. El jugador es un niño que se ha despertado en una celda dentro de unas instalaciones gubernamentales y deberá escapar. Para ello tendrá que desplazarse por el escenario, asir objetos y luchar contra los robots que moran en el laboratorio; acciones desarrolladas íntegramente a través del reconocimiento de la actividad cerebral del usuario. Para ello el casco utiliza una serie de electrodos disponibles comercialmente y el sofisticado software de reconocimiento creado por Neurable.
Según Ramses Alcaide, máximo responsable de Neurable, las señales cerebrales responsables del movimiento están muy definidas físicamente y requeriría entrenar al usuario para poder utilizarla de forma efectiva, por lo que no son las más adecuadas para interactuar con escenarios virtuales. En lugar de ello, Awakening utiliza animaciones para mostrar las posibilidades de interacción con un objeto y detecta cuándo el usuario desea utilizarlo. Según Alcaide, algunas personas pueden pensar "quiero utilizarlo" y otras "cógelo"; en ambos casos el resultado es el mismo.
Cabe señalar que Neurable no es una compañía especializada en el desarrollo de videojuegos, aunque espera comercializar su sistema de control y el juego en salones recreativos. Su auténtica meta es la creación de interfaces cerebrales y el desarrollo de neurotecnologías capaces de "aumentar las funciones cognitivas", por lo que se encuentra englobada en un reducido pero creciente número de compañías que, como Facebook y Neuralink, quieren explorar las posibilidades abiertas por la conexión del cerebro humano con máquinas y sistemas de inteligencia artificial.