Enterrado en los archivos de la oficina de patentes surcoreana, el documento describe en gran detalle el diseño de un dispositivo de pantalla flexible con una interesante configuración articulada. En lugar de utilizar bisagras tradicionales como algunos diseños antiguos, el aparato emplea un complejo mecanismo con el que se mantiene el contorno exterior de la carcasa relativamente liso y homogéneo, sin grandes huecos ni protuberancias.
Su flexibilidad es además notable, puesto que el teléfono puede ser doblado totalmente como si fuera una billetera, ligeramente curvado o desplegado en recto.
Ya en 2014, cuando Samsung comenzó a presumir de sus pantallas flexibles, el fabricante surcoreano señaló que tendría algún tipo de panel “doblable” hacia finales de 2016. No hay forma de saber si esta solicitud de patente describe un modelo comercial o alguna clase de prototipo que jamás verá la luz del día, pero a mediados de año saltó la noticia de que la compañía tenía pensado lanzar algún tipo de modelo con estas características a lo largo de 2017.