Hugo Barra, vicepresidente global de Xiaomi así lo ha asegurado en palabras a la agencia de noticias Reuters, señalando que la compañía no ve necesidad de solicitar una nueva ronda de financiación para seguir creciendo. Según Barra, Xiaomi está vendiendo teléfonos sin generar beneficios, pero cuenta con la esperanza de generar corrientes de ingresos alternativas a largo plazo:
Podríamos vender 10.000 millones de smartphones y no ganaríamos ni un céntimo en beneficios.
Las declaraciones de Barra buscan sin duda tranquilizar a los inversores de Xiaomi, cuya última ronda de financiación tuvo lugar en 2014 y situó el valor de la empresa en 46.000 millones de dólares. Según algunos analistas, sin embargo, el valor actual de la compañía podría ser muy inferior; hasta 10 veces menos.
La aparición de rivales emergentes y la absoluta falta de fidelidad del consumidor chino han desbaratado las proyecciones de Xiaomi, cuyas ventas de smartphones en el mercado local cayeron un 45% durante el último trimestre. A nivel global, los resultados del año pasado fueron un 12% por debajo de lo esperado.
Uno de los últimos productos lanzados por la compañía es una bicicleta eléctrica.
La compañía ha tratado de diversificar su negocio con la venta de dispositivos domóticos de todo tipo. Si bien Xiaomi debe su fama a sus teléfonos buenas prestaciones y precio ajustado, la compañía ha estado lanzando todo tipo de aparatos, desde básculas inteligentes a robots de limpieza, pasando por reproductores multimedia basados en Android, bicicletas eléctricas e incluso destornilladores.
Queda por ver si este énfasis en los dispositivos inteligentes sirve para apuntalar el futuro de la compañía tal y como la conocemos o si por el contrario los teléfonos móviles terminan perdiendo peso en su estrategia de producto.