El origen de las tribulaciones de X nos lleva a noviembre, cuando la Comisión Europea comunicó a X que debía vigilar de cerca la publicación de "contenido ilegal en el contexto del ataque terrorista de Hamás contra Israel". Aparentemente la Comisión no está satisfecha con la respuesta de la red social, por lo que procederá a analizar los siguientes puntos:
El cumplimiento de las obligaciones de la empresa en lo relacionado con la diseminación de contenido ilegal, "particularmente en relación al informe de riesgos y medidas de mitigación adoptadas por X".
La efectividad de las medidas, y de forma más concreta la efectividad del sistema de Notas de la Comunidad en la Unión Europea, así como y "la efectividad de políticas relacionadas para reducir el riesgo sobre el discurso público y los procesos electorales".
Las medidas tomadas por X para aumentar la transparencia de la plataforma, en especial posibles deficiencias en el acceso a datos públicos y el repositorio de publicidad.
El uso de un "diseño engañoso en la interfaz de usuario". La Comisión Europea señala que el servicio de suscripción Blue utiliza casillas situadas de forma deficiente o maliciosa, propiciando así clics no deseados.
Como empresa con más de 45 millones de usuarios en la Unión Europea, X se considera una "Plataforma en Línea Muy Grande" o VLOP por sus siglas en inglés, y por tanto debe cumplir por fuerza la DSA. Aquellas empresas que no lo hagan se exponen a multas de hasta el 6 % de sus ingresos globales.