Según ha podido saber Business Insider (registro necesario) a través de varias fuentes bien situadas, las gafas de Google, que eran conocidas internamente como Iris, derivaban de forma más o menos directa de las comerciales Focal desarrolladas por North, una firma canadiense absorbida en 2020. Eran en un principio bastante más básicas que las de Apple, limitándose a mostrar traducciones de texto en tiempo real y potencialmente otro tipo de indicaciones de forma muy sencilla, pero esa sencillez hubiera reducido drásticamente su tamaño y potencialmente también su precio.
El vídeo publicado en la I/O 2022 mostraba un prototipo con funciones de traducción en tiempo real.
El gran problema de Iris es que no tenía un propósito bien definido. Más allá de lo visto en la conferencia Google I/O 2022, parece que la dirección del proyecto fue bastante errática, y los bandazos de los ejecutivos de Google, que cambiaron varias veces de estrategia, causó múltiples cambios, "frustrando a muchos empleados".
Con el fin de Iris, Google habría abandonado su interés en lanzar un visor de realidad aumentada a corto o medio plazo. En lugar de ello, ahora la compañía está centrando sus esfuerzos en el desarrollo de Android XR, un sistema operativo diseñado para el futuro visor AR de Samsung, y también estaría ocupada con la programación de micro XR, una plataforma más ligera específica para visores con diseño de gafa convencional. De hecho, Google se habría marcado como objetivo convertirse dentro de la realidad aumentada en lo que ya es dentro de la industria telefónica a través de Android.
Dicho esto, al menos dos empleados de Google han asegurado a Business Insider que todavía hay equipos experimentando con tecnologías de realidad aumentada al margen de los dedicados al desarrollo de Android XR y micro XR, por lo que Google podría resucitar el proyecto en el futuro (de una forma u otra) si lo viera necesario.