Según ha declarado Jensen Huang, máximo responsable de Nvidia, la compañía tiene la mente "muy abierta" en lo que se refiere a colaborar con Intel, aunque las discusiones sobre el uso de nuevas fundiciones es algo que requiere mucho tiempo. "No es solo cuestión de desear algo. No es que estemos comprando leche", aseguró en unas declaraciones recogidas por la agencia de noticias Reuters.
Nvidia, cabe recordar, es un fabricante fabless, sin factorías propias, por lo que actualmente su producción está derivada a TSMC y Samsung. El de Intel es un caso completamente distinto, puesto que a diferencia de otros como Nvidia o AMD, posee sus propias fundiciones. Esta circunstancia le ha permitido sortear en gran parte la crisis de los semiconductores, dejándola en buena posición para competir con los grandes fabricantes asiáticos.
Dado que todo apunta a que la falta de chips va para largo, a Huang no le queda más remedio que explorar la posibilidad de establecer nuevas alianzas si quiere blindar la producción de Nvidia en el futuro. Algo que, en cualquier caso, llevará su tiempo.
Intel apenas acaba de iniciar su expansión como fabricante para terceros, y además de requerir nuevas fábricas como la anunciada en Magdeburgo, Alemania, competir directamente con TSMC precisará un cambio cultural y organizativo que Huang describe como "no apto para los débiles de corazón", reflejando su convencimiento de que el éxito de esta nueva estrategia de Intel depende de factores que van más allá de lo estrictamente industrial.