Según las declaraciones del máximo responsable de Intel, recogidas por ZDNet, en estos momentos la industria de los semiconductores se encuentra "al comienzo de un ciclo de crecimiento a largo plazo", dando a entender que lo peor ya ha pasado y que desde este punto solo queda esperar un crecimiento lento pero continuado hasta que entren en funcionamiento nuevas fábricas como las anunciadas en Estados Unidos y Alemania.
Intel espera que los fabricantes de ordenadores de baja gama tendrán que hacer ajustes en sus inventarios, pero "en general" la demanda sigue siendo "robusta en áreas como empresa, nube, IA, gráficos y redes". Seguimos por tanto ante la misma situación que hace dos años, con un mercado hambriento de producto y una oferta limitada en opciones y volumen dada la falta de componentes y líneas de producción.
La única salida a esta solución pasa por seguir levantando nuevas fábricas, asegura Gelsinger . Y además, de forma distribuida para no tener que depender de proveedores hiperlocalizados.
Respondiendo implícitamente a quienes creen que la construcción de instalaciones de gran tamaño en Estados Unidos y Europa es pura política de apaciguamiento, Gelsinger ha declarado que los cierres en Shanghái por la COVID-19 y la invasión de Ucrania demuestran que es necesario crear cadenas de producción "más resilientes y más equilibradas geográficamente", dando a entender que la era en la que gran parte de los semiconductores se fabricaban en un pequeño número de países está llegando a su fin, al menos para Intel.