Orientados principalmente a equipos de sobremesa de precio y consumo reducidos, los nuevos Athlon 2xx cuentan con núcleos Zen y gráficos Radeon Vega. Su propósito es facilitar la creación de sistemas completos AM4, rivalizando con los Celeron y Pentium de Intel.
Las prestaciones reales son por ahora un misterio, aunque desde AMD se apunta una mejora con aplicaciones informáticas del 169 % con respecto al AMD A6-9500E, así como el uso de una GPU un 57 % más rápida y el doble de potente que las de la competencia, definida en el caso del Athlon 200GE como un Pentium G4560.
En total AMD ha anunciado tres chips, bautizados como Athlon 200GE, 220GE y 240GE, pero solo tenemos las especificaciones del primero de ellos. Basado en un diseño de dos núcleos y cuatro hilos, el Athlon 200GE tiene una frecuencia de reloj de 3.200 MHz y una unidad gráfica integrada con tres compute units. El TDP es de solo 35 vatios, algo más de la mitad que un Ryzen 5 2600. A falta de conocer su precio en euros, sabemos que será lanzado el 18 de septiembre con un PVP de 55 dólares en Estados Unidos.
Los detalles técnicos de los Athlon 220GE y Athlon 240GE serán anunciados cuando salgan a la venta en el último trimestre de este año. Los clientes empresariales también tendrán disponibles versiones Pro, con mejoras a nivel de soporte y administración.
Con el anuncio de estos nuevos procesadores se abre un nuevo episodio en la historia de la familia Athlon, que nació como alternativa de alto rendimiento pero inferior a los Phenom y más recientemente se había convertido en la oferta más económica de AMD sin capacidad de procesamiento gráfico. Más allá de la introducción de la tecnología Vega, que facilita la compatibilidad con pantallas 4K (y solo eso, aunque AMD se atreve a hablar de rendimiento eSports a 720p), los nuevos Athlon contarán con características presentes en cualquier otro procesador moderno como soporte nativo para USB 3.1 y NVMe.