La reacción oficial no se ha hecho esperar, y Apple ha decidido paralizar este tipo de prácticas mientras realiza una evaluación interna.
Según ha confirmado un portavoz de Apple a The Verge, "mientras llevamos a cabo una revisión completa [del programa], vamos a suspender globalmente las calificaciones de Siri. Además, y como parte de nuestra actualización de software, los usuarios tendrán la posibilidad de escoger si quieren participar en [el programa de] calificaciones".
Las calificaciones de Siri o "grading" es el proceso en el que intervienen los empleados subcontratados por Apple, que escuchan archivos de audio y comprueban si el asistente de voz está tomando la acción correcta. Si no es así (porque Siri ha entendido mal al usuario, por ejemplo), señalan el error y registran la acción correspondiente para que en el futuro Siri responda de forma más adecuada a órdenes semejantes.
Apple no ha aclarado que sucederá con las grabaciones que ya están en sus servidores y si más adelante seguirá almacenándolas sine die tras su utilización, tal y como hace Amazon en algunos casos. Oficialmente Apple se reserva el derecho a guardar estos archivos durante dos años o más, manteniendo un código de identificación durante los primeros seis meses. Según la firma, este código es anónimo y no se puede asociar a un usuario concreto. Algo que sirve de poco cuando Siri registra continuamente conversaciones privadas en las que se reflejan nombres, direcciones y números de teléfono.