Según la nota de prensa, esta política se aplicará a establecimientos de todos los tamaños. Además de piezas, Apple también ofrecerá "las mismas [...] herramientas, manuales de formación y reparación y utilidades de diagnóstico que sus Proveedores de Servicio de Apple Autorizados".
La noticia llega tras observar los resultados de un programa piloto realizado en "Norteamérica, Europa y Asia". Inicialmente los componentes y el resto de los materiales se ofrecerán en Estados Unidos antes de llegar a otras partes del mundo. Los precios de los componentes, señala Apple, serán los mismos que los ofrecidos a los establecimientos oficiales.
El anuncio tiene su letra pequeña. Apple menciona de forma muy explícita que el nuevo programa cubrirá "las reparaciones más habituales de las reparaciones de iPhone fuera de garantía", dando a entender que los modelos más recientes de su teléfono se quedan fuera. Asimismo, las tiendas que quieran adscribirse al programa de reparaciones deberán tener en plantilla un técnico certificado por Apple. Afortunadamente para dichos establecimientos, tanto la inscripción como la certificación son gratuitas.
La nueva política de reparaciones de Apple permitirá que numerosos talleres puedan evitar el uso de componentes reciclados, fabricados por terceras partes u obtenidos mediante canales no oficiales. También evitará la necesidad de realizar compras de gran volumen en el extranjero, con todo lo que pueden acarrear al llegar a la aduana. Se trata de un cambio notable si se considera que hasta ahora Apple mantenía una actitud hostil hacia los establecimientos independientes y el conocido como derecho a reparar.