Ahora, la compañía estadounidense ha anunciado que piensa cobrar a aquellos buscadores que deseen figurar en la lista de opciones disponibles.
Además de imponer una multa de más de 4.000 millones de euros por prácticas anticompetitivas, el dictamen de la Comisión Europea obliga a Google a ofrecer una serie de buscadores alternativos en el navegador Chrome. Las compañías interesadas en aparecer en la lista deberán participar en una subasta a ciegas donde expresarán cuánto dinero están dispuestas a pagar cada vez que un usuario seleccione su buscador en la pantalla de configuración.
Los tres buscadores alternativos que ofrezcan más dinero se habrán ganado el derecho a aparecer en la selección junto a Google.
Este proceso, que sin duda arqueará las cejas de los reguladores, ha sido diseñado de forma abiertamente táctica. No solo los buscadores que quieran aparecer en la lista de opciones deberán pasar por caja (y aparentemente tantas veces como sean seleccionados en el menú de configuración), sino que además Google realizará una subasta distinta en cada país. Asimismo, el coste mínimo será diferente en cada estado miembro del Área Económica Europea.
Según explica Google, los buscadores que hayan ganado la subasta aparecerán en la lista de selección de forma aleatoria. Si no se logra encontrar tres proveedores que alcancen o superen la puja mínima para un país, Google seleccionará el resto al azar usando la lista general de participantes.
La nueva pantalla de selección de buscador aparecerá en los dispositivos comercializados a partir de comienzos de 2020. El proceso será reversible por el usuario, de forma que si selecciona un buscador que no le gusta, siempre podrá cambiarlo en cualquier momento.