Estas firmas han dirigido una carta a Margrethe Vestager, secretaria de competencia, en la que expresan que el buscador de Internet utiliza su preponderancia para atraer usuarios a su propio buscador sin necesidad de realizar las inversiones en marketing a las que ellas se ven obligadas. Como resultado, exigen una investigación completa y medidas cautelares para congelar este servicio mientras duren las pesquisas.
A falta de conocer los detalles más concretos de las alegaciones, los argumentos parecen un cruce entre los argumentos ya esgrimidos contra Google por las agencias de publicidad (que fueron considerados como válidos por la Comisión Europea con el resultado de una fuerte sanción económica) y los de los grandes editores, molestos con el papel de Google News (un caso bastante más complicado desde el punto de vista legal, puesto que Google juega un papel distinto).
El asunto del posicionamiento de las búsquedas es especialmente peliagudo. Google es dueño de su buscador y en teoría puede posicionar sus propiedades como mejor le parezca, pero legalmente las compañías en una posición de monopolio de facto deben mantener una semblanza de imparcialidad para no asfixiar a posibles rivales. Por otro lado, Google puede aducir muy fácilmente que las ofertas de empleo de su buscador proceden de firmas asociadas en lugar de ser extraídas de los sitios de los portales supuestamente agraviados sin su consentimiento.
Vestager, que abandonará su puesto como Comisaria de Competencia el 31 de octubre, deberá valorar ahora si estas acusaciones merecen ser examinadas en mayor detalle o si por el contrario no tienen mérito. Según fuentes consultadas por Reuters, Vestager se encuentra ahora preparando el trabajo de su sucesor, que herederá algunos casos de gran calibre que implican a algunas de las mayoresfirmas tecnológicas del mundo.