Desde hace varios meses se rumorea que Apple está sumamente interesada en el elevado contraste y el negro absoluto de la tecnología OLED de cara a la integración de estos paneles en su próximo iPhone; unas aspiraciones que ahora mismo solo podría satisfacer de forma parcial.
Fuentes de la industria consultadas por la agencia de noticia Bloomberg señalan que los principales fabricantes de paneles OLED no tienen suficiente capacidad de producción para satisfacer la demanda de un nuevo iPhone con pantalla orgánica, lo que forzaría a Apple a tomar una decisión salomónica: en lugar de actualizar toda su gama de teléfonos con una pantalla de este tipo, la firma de la manzana podría tener que conformarse con un único iPhone OLED. En el peor de los casos, Apple se vería obligada a retrasar su adopción.
En estos momentos los cuatro mayores fabricantes de pantallas OLED son Samsung, LG, Sharp y el consorcio japonés JDI, participado por Sony, Toshiba, e Hitachi. Samsung llevaría camino de convertirse en el único proveedor de pantallas de Apple, pero a pesar de toda su experiencia trabajando con esta tecnología, la firma surcoreana podría no dar abasto debido a la dificultad que todavía entraña la producción de paneles OLED y el elevado volumen de unidades necesario para satisfacer el lanzamiento de la próxima generación del iPhone.
Según las fuentes de Bloomberg, el pedido inicial de Apple es de 100 millones de paneles durante el primer año.
Bloomberg señala que los paneles OLED encargados por Apple son de más de cinco pulgadas, dando a entender que serán integrados en la versión Plus. Sería una decisión singular, puesto que dejaría al iPhone pequeño con una tecnología de pantalla que brinda una calidad de imagen notablemente distinta, con colores menos vibrantes y un negro menos profundo. Las pantallas OLED, por su parte, tienen ciertos problemas de pureza con el blanco.