Tras un 2018 bastante potente, ARM quiere continuar la evolución de los procesadores basados en sus diseños con el lanzamiento de esta nueva CPU de 7 nm, también conocida por el nombre en clave Deimos. Según la firma británica, los núcleos Cortex-A77 brindarán una mejora de rendimiento de más del 20 % (IPC, instrucciones por reloj) con respecto a los conocidos Cortex-A76, que son la base de chipsets como el Snapdragon 855.
Esta evolución vuelve a brindar capacidades big.LITTLE si se usa de forma combinada con núcleos Cortex-A55. Según ARM, su límite de reloj se encontraría en los 3 GHz. No se trata de un cambio gigantesco en comparación con el tremendamente exitoso Cortex-A76, que trajo importantes mejoras en prestaciones y eficiencia, pero viene a perfeccionar lo que ya era una base muy sólida.
Quedan por ver las interpretaciones que realizarán socios como Qualcomm y Samsung. Huawei tal vez deba conformarse con verla desde lejos.
Nueva GPU Mali-G77 con mejoras de rendimiento de hasta el 40 %
Asimismo, ARM ha presentado un nuevo diseño de GPU: la Mali-G77. Basada en la nueva arquitectura Valhall, supone sobre el papel un salto significativo con respecto a las antiguas GPU Bifrost.
Concretamente, ARM asegura que los teléfonos dotados con una GPU Mali-G77 se beneficiarán de gráficos un 30 % más eficientes a nivel de energía, con un incremento de rendimiento del 30 % en relación a la densidad del integrado y una mejora de hasta el 60 % en aprendizaje automatizado para labores de IA.
En suma, ARM asegura que para finales de 2019 o comienzos de 2020 veremos diseños con una mejora de rendimiento del 40 % con respecto a los actuales G76 a la hora de trabajar con "contenido complejo". Todo esto dependerá de la configuración e implementación de cada fabricante de chips, puesto que el diseño original contempla GPU con entre siete y dieciséis núcleos shader.
ARM promete que su nueva GPU será especialmente adecuada para trabajar con juegos que pongan en pantalla texturas de gran complejidad, así como visores de RV autónomos. Podremos comprobar todas estas promesas hacia finales de 2019 o comienzos de 2020, cuando llegarán los primeros móviles dotados con chipsets de nueva generación.