Según afirma ARM, el Cortex-A76 a 3 GHz ya es comparable en rendimiento monohilo con el Core i5-7300U a 3,5 GHz, pero el lanzamiento de los núcleos Deimos (7 nm) y Hercules (7 y 5 nm) a lo largo de los dos años romperá esa equivalencia para situar sus productos por encima de los de Intel, que durante los últimos años ha acusado una evolución algo lenta en materia de prestaciones. Tanto Deimos como Hercules harán uso de núcleos A76, pero fabricados usando procesos más modernos y haciendo uso de las correspondientes optimizaciones.
Cabe señalar que los procesadores y chipsets con núcleos Cortex-A76 aún no han llegado al mercado. La última vez que oímos hablar de ellos fue con motivo de la filtración del supuesto Snapdragon 1000, que contaría con soporte para hasta 16 GB de RAM y podría (o no) hallar sitio en un futuro equipo de Microsoft. Como tal, es posible validar las afirmaciones de ARM sobre su rendimiento. Deimos y Hercules llegarían en 2019 y 2020, respectivamente.
De acuerdo con las informaciones oficiales facilitadas por ARM, un chipset Cortex-A76 no solo es equiparable a un Core i5-7300U, sino que consume menos de una tercera parte. Un dato potencialmente revolucionario, si bien AnandTech se muestra algo escéptica al respecto. Esto es así porque Intel proporciona el TDP completo (multihilo), mientras que el consumo de ARM, señala la publicación, refleja unas condiciones de uso distintas. Son "peras y manzanas", explica.
Pese a ello, el consumo del núcleo ARM más reciente se movería entre los 9 y los 11 vatios. De ser así, ARM ya tendría una importante ventaja competitiva en ciertos espacios. Aunque como decíamos, el Cortex-A76 es un producto perteneciente a la gama 2018. Lo importante llegaría con Deimos y Hercules, que duplicarían (y más) el rendimiento de los chipsets ARM de 2016 para ofrecer una potencia significativamente superior, con Deimos brindando una mejora del 15-20% con respecto al A76 actual y añadiendo otro 10% con el salto a los 5 nm de Hercules.
Un punto donde ARM tiene una ventaja aparentemente indiscutible es en el dominio de los procesos de fabricación por parte de sus socios, particularmente a la luz de los problemas de Intel para bajar a los 10 nm. Con esto dicho, Cascade Lake debería estar a la vuelta de la esquina y los primeros productos comerciales basados en los núcleos A76 no parece que vayan a llegar hasta la primera mitad de 2019, así que cualquier comparación entre ARM e Intel debe ser tomada con una dosis saludable de escepticismo.