De acuerdo con la política danesa, conocida por su manodura contra las grandes tecnológicas, existen "graves sospechas" acerca de la posición de dominio de Google, motivo por el cual mantiene abierta la posibilidad de dividir al gigante estadounidense en varias compañías independientes con el fin de promover la competencia.
Aunque dista de ser una posición firme, Vestager asegura que "es importante mantener esta cuestión abierta y en la agenda". "No está prohibido ser exitoso en Europa. Al lograr una posición dominante también se adquiere la responsabilidad especial de no destruir a una competencia ya debilitada", ha señalado Vestager según cita el diario The Telegraph.
Actualmente Google tiene más del 90 % del mercado de las búsquedas en la Unión Europea, pero no es la cuota lo que preocupa a las autoridades, sino cómo se usa. También en aspectos ajenos al buscador en sí mismo. El departamento dirigido por Vestager mantiene dos procesos abiertos contra Google: uno por el control que ejerce sobre Android, supuestamente maniobrando para evitar el lanzamiento de forks o versiones derivadas por parte de terceras compañías, y otro por supuestas prácticas para proporcionar una ventaja ilegal a su plataforma publicitaria AdSense, reduciendo la visibilidad de anuncios ajenos.
Hacia finales del año pasado Vestager señaló que es posible que se abran nuevas investigaciones contra Google en la Unión Europea por prácticas anticompetitivas. Por ahora no hay constancia de nuevas acciones y la única medida punitiva anunciada es la ya mencionada sanción de 2.420 millones de euros (la pena económica más elevada en la historia de la Unión Europea), que está siendo recurrida por Google.