Recién desvelado en la feria IFA 2018, que estos días congrega en Berlín a toda la industria de la electrónica de consumo, este televisor tiene un tamaño de 88 pulgadas y cuenta con un total de 33 millones de puntos iluminando una rejilla de 7680 x 4320 píxeles. Como buen televisor OLED, es capaz de brindar un negro absoluto y un elevadísimo contraste, que son las grandes virtudes de los paneles orgánicos.
A pesar de ser uno de los debuts más potentes de la IFA, por ahora carecemos de información crítica como el nivel de brillo y las tecnologías de HDR soportadas. Es de imaginar que esta información será facilitada más adelante, conforme se acerque su fecha de lanzamiento. También es muy previsible que su base tecnológica sea aprovechada por marcas como Loewe, Panasonic y Bang & Olufsen, que utilizan en sus modelos más avanzados paneles OLED de LG que después dotan con sus propias tecnologías de procesamiento.
LG no ha aclarado cuándo saldrá a la venta este modelo ni qué precio tendrá. Seguirá los pasos de otros televisores 8K ya anunciados (o simplemente avanzados) como los de Sharp y Samsung, que previsiblemente también estarán orientados a la gama más alta. Todo lo que sabemos al respecto es que LG describe su primer televisor 8K OLED como destinado al "mercado ultrapremium", con todo lo que eso debería implicar en lo monetario.