Los procesadores de octava generación de Intel, alias Coffee Lake, no serán compatibles con la actual gama de placas base LGA 1151, también conocidas como Series 100 y 200. Así lo ha afirmado ASRock en su cuenta de Twitter en respuesta a la pregunta de un usuario interesado en este dato. El tuit fue publicado el 31 de julio, pero ha sido ahora cuando medios especializados como
AnandTech y
Overclock3D se han hecho eco del mismo. Tras ello, el mensaje ha sido eliminado sin dar más explicaciones.
La similitudes entre Kaby Lake y Coffee Lake a nivel de microarquitectura hacía pensar que los procesadores de octava generación de Intel serían compatibles con el
socket LGA 1151. Esta falta de soporte podría implicar el uso de un firmware específico e incompatible con los nuevos procesadores o un sistema de anclaje distinto. Sea como sea, este es el tipo de información que rara vez se comunica antes de la presentación oficial.
AnandTech especula con algunas de las posibles razones que podría haber llevado a Intel a cambiar de
socket para sus próximos procesadores. La primera de ellas sería lógicamente inducir una fragmentación artificial por motivos económicos, algo que no sería bien recibido por el público.
La segunda ya es un poco más técnica, y es que Intel podría utilizar pines hasta ahora vacantes para controlar determinados aspectos del hardware o proporcionar electricidad, contemplando también la posibilidad de que por las propias exigencias del hardware los chips Coffee Lake hagan uso de un sistema de alimentación distinto e incompatible con las placas base ya disponibles en las tiendas.
Por el momento Intel no ha realizado comentarios al respecto y nada hace pensar que vayamos a tener noticias hasta que Intel convoque a los medios con motivo del debut de sus nuevos procesadores.