Intel, que no ha realizado declaraciones al respecto (y que posiblemente seguirá así hasta la publicación de su próximo informe financiero el día 27 de julio), habría decidido centrar la actividad del denominado New Technologies Group en otro tipo de menesteres. De forma más concreta, este departamento encargado de explorar tecnologías emergentes de posible interés para Intel a largo plazo habría recibido la orden de centrarse en la realidad aumentada, un sector en el que la compañía ve un buen potencial de crecimiento.
La compra de Basis se resolvió con el pago de 100 millones de dólares y la retirada de todos los relojes Peak.
A pesar de que Intel nunca llegó a hacerse con una cuota significativa en el mercado de los wearables, no fue por falta de interés. La compañía trató de dejar su huella con unos auriculares con pulsímetro integrado que no llegaron a ninguna parte y a través de la compra en 2014 de Basis. Esta operación tuvo un precio de aproximadamente 100 millones de dólares, a los que se tuvo que añadir en 2016 el coste de retirar todos los relojes inteligentes Basis Peak después de que se detectaran graves problemas de sobrecalentamiento.
Si bien Intel guarda el silencio que ya es habitual ante este tipo de noticias, el reportado hoy solo sería otro más de los recortes realizados durante los últimos meses. En este aspecto cabe señalar que Intel canceló hace poco el desarrollo de sus "módulos de computación" Edison, Joule y Galileo, con los que pretendía mejorar su posición como proveedor de chips para el Internet de las cosas y competir al mismo tiempo con las placas de desarrollo Raspberry.