Según publica ExtremeTech, el fabricante de dispositivos brasileño Qbex ha presentado una demanda contra Intel debido a deficiencias en el diseño de línea de chips SoFIA desarrollada en colaboración con la firma china Rockchip. De acuerdo con las alegaciones de Qbex, "el microprocesador central de Intel y/o sistema móvil tiene un defecto de diseño que causó que los dispositivos se sobrecalentaran e incluso explotaran". Según Qbex, Intel fue puesta al corriente antes de que los primeros dispositivos salieran a la venta.
De acuerdo con Qbex, Intel aseguró que las lecturas de temperatura estaban en los límites aceptables, pero más tarde prometió una actualización de software que nunca llegó. Para entonces Qbex había recibido 9.090 quejas o devoluciones por unos procesadores que según sus propios análisis "causaron que los smartphones se sobrecalentaran, se incendiaran y en ocasiones explotaran". En consecuencia, Qbex ha demandado a Intel por vender mercancía defectuosa e incumplimiento de contrato.
Los defectos señalados por Qbex fueron localizados en dispositivos fabricados utilizando el SoC (System-on-a-Chip) de gama baja SoFIA, desarrollado entre Intel y Rockchip y producido en colaboración con TSMC. La cuestión es que Qbex no llegó a fabricar dichos teléfonos por sí misma, puesto que se limitó a remarcar unidades fabricadas por ensambladores escogidos por Intel como parte de su fallida estrategia para asaltar el mercado telefónico.
Intel todavía ha de responder a las acusaciones de forma detallada, pero un portavoz ya ha señalado que no hay evidencias que sugieran que los problemas de sobrecalentamiento descritos por Qbex hayan sido causados por sus procesadores.