Hasta ahora Samsung solo había utilizado esta tecnología en chips para teléfonos móviles, y según fuentes de la industria estaba tratando de encontrar nuevos clientes con gran volumen de ventas. El apoyo de Nvidia supone por tanto un importante espaldarazo a sus capacidades como fabricante de procesadores para hardware de muy alto rendimiento, cuando hasta ahora sus productos estrella eran sensores fotográficos, chipsets móviles y productos de memoria.
Según Yoo Eung-joon, responsable de Nvidia en Corea del Sur, la producción de las nuevas tarjetas gráficas basadas en chips de 7 nm dará comienzo en algún momento de 2020, comenzando por un volumen que en palabras del ejecutivo será "sustancial". Todavía se desconoce si Samsung se hará cargo de la producción de chips de 12 nm como las actuales GeForce RTX. En estos momentos la producción de Nvidia se divide entre las fundiciones de TSMC (12 nm FinFET) y Samsung.
De convertirse en su fundición exclusiva, esto dejaría el mercado dividido claramente en dos campos: por un lado Nvidia con Samsung y por otro AMD con TSMC, cuyos frutos ya conocemos a través de la gama Radeon RX 5700. Ambas poseen sus propios procesos de producción a 7 nm, cada uno con sus propias peculiaridades. En cualquier caso, el rendimiento final de sus GPU no solo está determinado por la litografía, sino también por unas arquitecturas cuyos diseños deben adaptarse a los propios procesos de producción durante el propio proceso de desarrollo.