Entrando en el asunto numérico, Nvidia registró durante el tercer trimestre unos ingresos récord de 2.636 millones de dólares, lo que supone un aumento del 18% frente a los datos de los anteriores tres meses y del 32% con respecto al mismo periodo del año. Las cifras de beneficios fueron comparativamente mejores. La compañía logró sacar 838 millones de dólares en limpio, cuando durante el tercer trimestre de 2016 obtuvo unos beneficios de 542 millones. Esto supone un importante aumento interanual del 55%.
Nvidia atribuye sus excelentes resultados al buen rendimiento de las tarjetas Pascal. Los productos de consumo siguen suponiendo el grueso de los ingresos de la compañía, con un peso de 1.561 millones de dólares en el ejercicio. Como referencia, durante el segundo trimestre la venta de tarjetas gráficas de consumo generó unos ingresos de 1.186 millones de dólares.
Evolución anual de las acciones de Nvidia.
También crecen con fuerza (más de forma interanual que trimestral) los ingresos correspondientes a las ventas de tarjetas profesionales y tecnologías para la industria del motor, aunque no tanto como los productos para los centros de datos. Este segmento se ha convertido en un nuevo filón para Nvidia, que con unas ventas trimestrales de 501 millones de dólares ha logrado duplicar los resultados obtenidos hace tan solo un año. La apuesta de la compañía por superprocesadores Tesla parece más justificada que nunca.
Las proyecciones de Nvidia señalan que el cuarto trimestre también será récord, con unos ingresos próximos a los 2.700 millones de dólares y un margen bruto que debería rondar el 60%.
El próximo año debería ser más interesante. Las tarjetas basadas en Volta deberían llegar durante la primera mitad de 2018 y AMD estará sin duda trabajando en la necesaria evolución de RX Vega. Por otro lado es posible que también tengamos noticias sobre los futuros productos gráficos de Intel, que podrían complicar la estrategia de Nvidia a más largo plazo.