Fuentes consultadas por el Wall Street Journal indican que esta demanda procede del Comité para las Inversiones Extranjeras, un ente formado por varias agencias que supervisan los riesgos para la seguridad nacional que pueden aparecer en operaciones internacionales. La preocupación del gobierno estadounidense no tiene que ver tanto con la aplicación en sí misma como en el hecho de que podría ser explotada por el gobierno chino para obtener información de sus usuarios en masa valiéndose de su ley de seguridad nacional.
Desde ByteDance, la respuesta es clara: un cambio de propietarios no garantiza la seguridad de los datos al no imponer nuevas restricciones. "La mejor forma de atajar las preocupaciones sobre la seguridad nacional es con protecciones de datos de usuario y sistemas transparentes [...] y la robusta monitorización por parte de terceros, los filtros y las verificaciones que ya estamos implementando", ha declarado un portavoz de TikTok.
Si el asunto sobre la venta de TikTok parece viejo, es porque en verdad lo es. Lo cierto es que las tribulaciones de la red social comenzaron bajo la administración Trump, y aunque bajo el mandato de Joe Biden las maniobras han sido tal vez más discretas, el objetivo parece ser el mismo: lograr un cambio de dueños para depositar la aplicación, o como mínimo su negocio de EEUU, bajo una empresa de su confianza.
En Europa las cosas no han llegado a estos extremos, pero eso no quiere decir que TikTok no sea vista con cierto recelo. De hecho, a finales de febrero el Parlamento Europeo ordenó borrar la aplicación de los dispositivos de todos sus empleados por miedo a que pudiera ser utilizada como si fuera un troyano.