La forma en la que se estructuran las órdenes es significativa. En el caso de Bytedance afectan a todo el grupo, no solo a TikTok, mientras que la orden presidencial contra WeChat apunta únicamente a la plataforma de mensajería, por lo que otras filiales de Tencent y las empresas en las que el gigante chino pueda tener una participación quedan exentas.
Según la orden presidencial que prohíben las operaciones comerciales de Bytedance, las técnicas de captación de datos "potencialmente permiten al gobierno chino monitorizar la localización de empleados y contratistas federales, crear archivos de información personal para chantajes y llevar a cabo espionaje industrial".
Desde el gobierno chino las medidas han sido calificadas de "típico comportamiento hegemónico contra los principios del mercado y las reglas del comercio internacional". Bytedance, por su parte, asegura que nunca ha compartido información de usuarios con el gobierno chino y que se defenderá legalmente.
El futuro de TikTok en Estados Unidos está en estos momentos en el aire. Ya es oficial que Microsoft trata de negociar la compra del negocio de la red social en Estados Unidos, manteniendo allí todo el procesamiento de datos, pero informaciones oficiosas señalan que la firma estadounidense podría estar pensando la forma de hacerse con toda la empresa. Para ello se valdría de sus buenas conexiones en China, cultivadas durante décadas de presencia en el país. No en vano, Microsoft fue una de las primeras empresas tecnológicas en asentarse en China, y una parte significativa de los altos ejecutivos del sector tecnológico nacional han pasado por sus filas.
Sea como sea, el gran problema que tienen Microsoft y TikTok por delante es la falta de tiempo. La orden presidencial entrará en vigor cinco días después de la fecha límite impuesta desde la Casa Blanca para finalizar una posible operación, lo que no deja mucho espacio de maniobra.