El caso nos lleva nada menos que a verano de 2016, cuando la Comisión Europea determinó que el pacto fiscal entre Irlanda y Apple suponía una forma ilegal de ayuda estatal, al ofrecerle un trato favorable específico con condiciones mucho más ventajosas que las ofrecidas a otras empresas, con un impuesto de sociedades que fue del 1 % en 2003 y que llegó a reducirse al 0,005% en 2014, cuando la cantidad estándar era del 12,5 %.
Tras un largo enfrentamiento, Apple pareció alzarse con la victoria en 2020, cuando el Tribunal General de la Unión Europea determinó como válidas las afirmaciones de sus abogados. Su defensa se basaba en que Competencia no demostró fehacientemente que los acuerdos fiscales fueran constitutivos de ayuda estatal ilícita, por lo que era imposible valorar adecuadamente si Apple había recibido o no una ventaja económica selectiva.
En su decisión de hoy (PDF), la más alta instancia judicial de la Unión Europea da por válido el recurso de casación interpuesto por la Comisión Europea, anulando el veredicto previo. En consecuencia, Apple deberá pagar a Irlanda los 13.000 millones de euros que dejó de pagar durante los ocho años investigados.
Según ha afirmado Apple, que se muestra "decepcionada" con la sentencia, la Comisión Europea "está tratando de cambiar las normas retroactivamente e ignorar que, como requiere el derecho fiscal internacional, nuestros ingresos siempre estaban sujetos a impuestos en Estados Unidos".
Apple, curiosamente, no es la única gran empresa tecnológica que ha recibido hoy la orden de pagar. Google, que había recurrido una sanción de 2.420 millones de euros por abuso de posición dominante, ha visto su recurso desestimado (PDF), por lo que no podrá esquivar su multa de 2021.