Los fundamentos de ARM v9 podrían resumirse una potenciación de las capacidades de procesamiento vectorial (que será de gran utilidad para IA y supercomputación) y un sistema de ejecución de software totalmente nueva. Centrándonos en el segundo, que posiblemente será el más interesante para el usuario de a pie, ARM tomó nota de quebrantos como Spectre y Meltdown durante el desarrollo de su última arquitectura, que estrena la tecnología ARM Confidential Compute Architecture.
Esta estructura de seguridad se basa en lo que ARM denomina como "realms" (literalmente reinos o terrenos), una especie de entornos de ejecución aislados del sistema operativo y el hypervisor. La idea general es que aplicaciones y middleware puedan ejecutarse de forma opaca para el sistema operativo tras alguna clase de verificación de confianza, sin que por ahora ARM haya proporcionado muchos más detalles en lo que se refiere a su funcionamiento.
Según señala AnandTech, otras mejoras destacables en lo tocante a la seguridad residen en la introducción de protecciones contra ataques de desbordamiento del buffer y use-after-free mediante una gestión más adecuada de la memoria.
ARM v9 es una nueva arquitectura y no un IP Core o diseño de chip, para entendernos. La compañía, por tanto, no ha proporcionado detalles técnicos avanzados que puedan relacionarse con el lanzamiento de chipsets a corto o medio plazo. Sin embargo, sí ha detallado que espera que ARM v9 proporcione una mejora del rendimiento (en IPC) del 30 % a lo largo de las próximas dos generaciones en relación a productos existentes. Los futuros chipsets basados en ARM v9 también podrán estar dotados con GPU compatibles con avances como refresco variable y trazado de rayos, aunque los detalles al respecto son casi inexistentes.
Los primeros diseños de IP Core basados en la arquitectura ARM v9 serán anunciados a lo largo de este año, con vista a su lanzamiento comercial en productos como dispositivos móviles durante la primera mitad de 2022.