La operación, que se completará a lo largo de los próximos 30 días y por ahora no tiene un precio conocido, culminará con la absorción de Scuf Gaming por parte de Corsair junto a su "amplio repertorio de patentes". Dicha propiedad intelectual incluye diseños de mandos modulares personalizables por el usuario para ajustarse a sus preferencias.
Algunos rasgos incorporados en sus mandos son el uso de palas similares a las del mando Xbox One Elite para accionar botones sin necesidad de usar los pulgares, palancas y controles direccionales intercambiables, y gatillos con puntos de activación y bloqueo ajustables.
De acuerdo con el comunicado, Scuf Gaming seguirá existiendo como marca propia y todos los productos comercializados hasta la fecha mantendrán el soporte oficial con total normalidad. Asumiendo que Scuf siga los pasos de Elgato, funcionará en gran medida como una filial al menos exteriormente muy independiente de su matriz, diseñando y comercializando sus productos como hasta ahora.
Los mandos Scuf Gaming se orientan hacia la parte más alta del mercado. Los modelos básicos, como el Scuf Impact para PS4, parten desde los 139 euros, mientras que los más caros se acercan a los 180, tal es el caso del Scuf Elite para Xbox y PC. A esas tarifas se pueden añadir posteriormente el coste de cualquiera de los abundantes componentes adicionales (botones, setas, d-pads, limitadores, carcasas...) que la firma comercializa para amoldarlos a las preferencias de sus propietarios.