Actualmente un cable HDMI de filamento de cobre puede alcanzar una longitud máxima de entre 10 y 15 metros (también hay algún modelo de hasta 20 metros, de forma muy extrema), aunque muchos de ellos no brindan una calidad óptima. Este límite, impuesto por la degradación de la señal al pasar por el cobre, se puede sortear utilizando cables activos (que precisan corriente externa), amplificadores (que suman otro dispositivo al conjunto) y cables HDMI de fibra óptica (con longitudes extraordinarias, pero son muy caros y carecen de bidireccionalidad).
Según señala el texto del HDMI Forum, gracias a la tecnología HDMI Cable Power será posible crear cables activos desde el propio conector, sacando un máximo de 300 mA desde el origen sin necesidad de fuentes externas y con un funcionamiento análogo al de un cable HDMI pasivo normal y corriente. Para ello, no obstante, será necesario utilizar una fuente HDMI compatible con HDMI Cable Power (o añadir alimentación externa, con lo que se convierten en cables activos estándar) y, como sucede con los cables de fibra óptica, no serán bidireccionales, de forma que tendrán prefijados un extremo emisor y otro receptor.
El HDMI Forum no ha indicado cuál será la longitud máxima estimada para estos nuevos cables, que para que tengan cierto sentido deberán ser por fuerza más económicos que los de fibra óptica. Tampoco tenemos todavía una lista de dispositivos compatibles con HDMI Cable Power, pero sin duda, la adición de un nuevo asterisco a la especificación HDMI 2.1 también servirá para incrementar la complejidad (y confusión) de un estándar cada vez más complejo para los consumidores.