Según la demanda, que busca el apoyo de los compradores de una unidad de 500 GB, 1 TB, 2 TB o 4 TB de los modelos SanDisk Extreme Pro, SanDisk Extreme o Western Digital My Passport, Western Digital tomó parte "en una estratagema para engañar a los consumidores" comercializando productos que seguían siendo defectuosos incluso después de instalar el firmware que debía solucionar el bug responsable del borrado de datos.
Peor aún, la demanda afirma que Western Digital pone a los consumidores en una situación imposible, puesto que no estaría facilitando unidades de sustitución de forma generalizada (la compañía sí ofreció una nueva unidad a un periodista de The Verge que perdió 3 TB de datos por sorpresa). En la situación actual, la única solución es seguir utilizando el disco sabiendo que puede fallar en cualquier momento o comprar uno nuevo, puesto que como las unidades en cuestión aún no han fallado, Western Digital se niega a ofrecer compensación alguna.
La pérdida de datos es una situación catastrófica para cualquier usuario y de forma particular para los profesionales que han confiado sus archivos en unas unidades que, según afirma el fabricante, son perfectas para fotógrafos, creadores de contenido y negocios por su portabilidad y resistencia a impactos. No parece ser el caso y, dadas las circunstancias, los propietarios de una de las unidades potencialmente afectadas deberían considerar utilizar temporalmente otra solución para realizar sus copias de seguridad.