Los microdrones Perdix (micro en términos militares, puesto que con 16 centímetros poseen un tamaño comparable al de un drone de consumo pequeño) fueron lanzados desde tres F/A-18 en un enjambre de 103 unidades que permitió evaluar su funcionamiento sobre un campo de pruebas.
El diseño de los Perdix parte de un experimento del departamento AeroAstro del prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (más conocido por sus siglas MIT). Los aparatos tienen un coste muy reducido gracias a su construcción parcialmente impresa en 3D y el uso de componentes comerciales comunes.
Los drones no poseen líderes, sino que en palabras del director de la Oficina de Capacidades Estratégicas se comportan "como un organismo colectivo, compartiendo un cerebro distribuido para la toma de decisiones y adaptándose unos a los otros como los enjambres de la naturaleza". La capacidad de "reparación" de los drones se refiere a que los aparatos pueden reagruparse en formación si una o varias unidades son dañadas por el enemigo o sufren algún tipo de avería durante el despliegue.
Todavía en fase de pruebas, Perdix podría brindar una nueva forma de ofrecer capacidades de reconocimiento a baja altura en lugares donde volar un avión o un helicóptero sería demasiado peligroso. Por el momento se desconoce cuándo (o si) serán producidos para su incorporación a las fuerzas armadas.