Al final el annus horribilis de Samsung se ha quedado en un simple resfriado. La firma surcoreana ha hecho públicos sus resultados del último trimestre de 2016 y de todo el año pasado en su conjunto, dejando claro que las cosas no le han ido del todo mal a pesar del fiasco que supuso la polémica retirada del Galaxy Note 7.
Los datos facilitados por la compañía arrojan unos beneficios trimestrales por operaciones de más de 7.300 millones de euros, lo que supone un importante incremento con respecto al mismo periodo del año pasado (4.900 millones de euros) y representa el mejor trimestre de los últimos tres años. Más notablemente, su división telefónica logró incrementar sus beneficios aproximadamente un 4% y espera mejorar sus resultados en 2017 gracias a las ventas de los nuevos Galaxy A y J, que apuntan a un consumidor menos pudiente que las familias Galaxy S y Galaxy Note.
En unidades, Samsung vendió 90 millones de teléfonos móviles y 8 millones de tabletas durante el último trimestre de 2016.
Los resultados de Samsung no solo se explican por las ventas de teléfonos móviles, que a pesar de este buen resultado se encuentran en el momento más bajo de los últimos cinco años si hablamos en términos anuales. La venta de chips de memoria, pantallas OLED para teléfonos móviles (muy del apetecer de numerosos fabricantes chinos) y paneles UHD de gran tamaño han dejado pingües beneficios durante los últimos meses, lo que puede ser interpretado como una buena señal por unos accionistas que buscan reducir la dependencia de un mercado telefónico con un creciente número de rivales y con poco margen de error.
En términos anuales, el informe de Samsung refleja unos ingresos de unos 161.000 millones de euros en 2016 con unos beneficios por operaciones de algo más de 23.000 millones de euros. Como referencia, los datos de 2015 fueron de 160.000 millones de euros y 21.000 millones, respectivamente (usando los actuales valores de cambio desde el won surcoreano).
Más protagonismo para chips y pantallas
Con estos resultados la división de semiconductores se solidifica en su papel como estrella emergente del grupo surcoreano.
De cara al futuro la compañía espera seguir apostando por su división de semiconductores, que sacará buen partido a sus inversiones en la producción de chips V-NAND, las alianzas con firmas como Audi y al futuro lanzamiento de las por ahora quiméricas pantallas OLED flexibles para dispositivos móviles. Más aún, Samsung espera iniciar la producción de chips de 7 nm a comienzos de 2018.
En el plano móvil, Samsung ya ha confirmado que la marca Galaxy Note seguirá activa con un futuro modelo "innovador y seguro", no sin señalar sus planes para introducir prestaciones como la resistencia al agua y los lectores de huellas dactilares en sus dispositivos económicos.
Los datos facilitados por la compañía arrojan unos beneficios trimestrales por operaciones de más de 7.300 millones de euros, lo que supone un importante incremento con respecto al mismo periodo del año pasado (4.900 millones de euros) y representa el mejor trimestre de los últimos tres años. Más notablemente, su división telefónica logró incrementar sus beneficios aproximadamente un 4% y espera mejorar sus resultados en 2017 gracias a las ventas de los nuevos Galaxy A y J, que apuntan a un consumidor menos pudiente que las familias Galaxy S y Galaxy Note.
En unidades, Samsung vendió 90 millones de teléfonos móviles y 8 millones de tabletas durante el último trimestre de 2016.
Los resultados de Samsung no solo se explican por las ventas de teléfonos móviles, que a pesar de este buen resultado se encuentran en el momento más bajo de los últimos cinco años si hablamos en términos anuales. La venta de chips de memoria, pantallas OLED para teléfonos móviles (muy del apetecer de numerosos fabricantes chinos) y paneles UHD de gran tamaño han dejado pingües beneficios durante los últimos meses, lo que puede ser interpretado como una buena señal por unos accionistas que buscan reducir la dependencia de un mercado telefónico con un creciente número de rivales y con poco margen de error.
En términos anuales, el informe de Samsung refleja unos ingresos de unos 161.000 millones de euros en 2016 con unos beneficios por operaciones de algo más de 23.000 millones de euros. Como referencia, los datos de 2015 fueron de 160.000 millones de euros y 21.000 millones, respectivamente (usando los actuales valores de cambio desde el won surcoreano).
Más protagonismo para chips y pantallas
Con estos resultados la división de semiconductores se solidifica en su papel como estrella emergente del grupo surcoreano.
De cara al futuro la compañía espera seguir apostando por su división de semiconductores, que sacará buen partido a sus inversiones en la producción de chips V-NAND, las alianzas con firmas como Audi y al futuro lanzamiento de las por ahora quiméricas pantallas OLED flexibles para dispositivos móviles. Más aún, Samsung espera iniciar la producción de chips de 7 nm a comienzos de 2018.
En el plano móvil, Samsung ya ha confirmado que la marca Galaxy Note seguirá activa con un futuro modelo "innovador y seguro", no sin señalar sus planes para introducir prestaciones como la resistencia al agua y los lectores de huellas dactilares en sus dispositivos económicos.
PD: avalancha de haters criticando esta noticia sen 3,2,... [qmparto]
Por supuesto el futuro nuevo S8 va a rozar ya los 1.000 siguiendo la tendencia de esta tecnología en todas las marcas.
Aún con él fiasco del note 7 siguen teniendo cuantiosos y suculentos beneficios, eso si..veremos como capean lo de la ''rasputina coreana'' y toda la corrupción que hay en ese pais actualmente y que salpica al presidente de samsung.