De acuerdo con la información facilitada por Samsung en su página australiana, los puestos estarán situados en terminales con un elevado tráfico de pasajeros y al menos localmente atenderán a los consumidores desde las 6 de la mañana y hasta las 22:00 de la noche. La compañía, que se disculpa por las molestias causadas, no señala qué dispositivo de sustitución ofrecerá a los consumidores.
En el caso de España, donde no se tienen noticias relacionadas con el cambio del teléfono en los aeropuertos nacionales, la compañía está trabajando para cambiar los Galaxy Note 7 ya vendidos por un Galaxy S7 o S7 Edge.
La campaña de sustitución del Galaxy Note 7 es posiblemente una de las más amplias y graves en la historia reciente de la electrónica de consumo.
El riesgo a que sus baterías se incendien de forma violenta y espontánea ha resultado en la clasificación del dispositivo como objeto prohibido para su transporte aéreo en varios países, incluso cuando este se encuentre apagado. La alarma es tal que en el caso de los Estados Unidos subir a un avión con un Galaxy Note 7 se considera un crimen federal potencialmente castigado con una fuerte multa y/o hasta 10 años de prisión.