Hace unos días nos hicimos
eco de la polémica desatada en torno al videojuego Manhunt, culpado de incitar al asesinato de un niño de 14 años en el Reino Unido. Supuestamente la compañía desarrolladora iba a enfrentarse a una demanda de los padres del fallecido, mientras las ventas se
disparaban y algunas tiendas retiraban el juego. La realidad finalmente no ha podido ser más
demoledora: la policía ha confirmado que el único móvil del crimen fue el robo, y lo más sorprendente, quien poseía el videojuego no era el criminal sino el fallecido. Gracias a
mr hyde por el aviso.