El poder que tienen los gobiernos locales sobre las empresas de las tecnologías de la comunicación se basa en el dinero. En cualquier momento un gobierno puede hundir sus acciones amenazándoles con bloquear sus fuentes de ingresos en sus mercados y forzar a las compañías a hacer cosas extrañas (recordemos cómo el año pasado Apple movió servidores de iCloud a China).
En Telegram tenemos el lujo de no preocuparnos por fuentes de ingresos o ventas de publicidad. La privacidad no está a la venta y los derechos humanos no deberían verse vulnerados por miedo o avaricia.
Dos décadas escribiendo sobre nuevas tecnologías y cultura popular. Si tiene luces o botones, posiblemente he hablado de ello. EOLiano Gran Reserva. |