La decisión de Samsung adelanta su última previsión de cierre en seis meses, en parte, indica The Korea Times, debido a las fuertes caídas en el precio de esta tecnología. Con unos márgenes de beneficios exiguos y menguantes (Samsung solo mantuvo su LCD con vida debido al alza temporal de la pandemia), los contables de la compañía no han visto otra salida que abandonar este mercado. Aunque dicho sea de paso, el anuncio tiene una letra pequeña bastante importante.
A pesar de que Samsung dejará de fabricar pantallas LCD para centrarse en otras tecnologías, tal es el caso del QD-OLED para la gama alta, mantendrá activa la producción de paneles QLED, que no deja de ser LCD con un filtro de partículas cuánticas para mejorar su cromatismo. Además, Samsung Electronics seguirá vendiendo televisores LCD básicos como los que forman su actual gama Crystal UHD, pero con el detalle de que a partir de ahora todos sus paneles serán fabricados por socios externos como la china BOE o la taiwanesa AUO, con las que ya tiene acuerdos de colaboración.
Queda por ver cómo afectará esta decisión al catálogo de monitores gaming de Samsung, compuesto fundamentalmente por modelos con paneles VA e IPS. Sea como sea, este anuncio supone el fin de una era para Samsung, que durante largos años fue uno de los mayores fabricantes de pantallas LCD del mundo, y no solo gracias a sus televisores, sino desde su papel como proveedor para toda la industria.